ADIOS AL "GATO" OMAR LANDONI.

Me resistía a escribir, porque a cada rato, en cada clase y cuando veo a los pibes en la pileta por la mañana me pongo triste. Porque no puedo ni  quiero sacarme la tristeza. Porque los que me entienden están lejos y más triste  me pongo porque me resisto a recordarlo con alegría. Porque al tipo que estamos despidiendo no había que despedirlo nunca. Si lo despido lo comenzaré a olvidar. Y si para recordar hay que estar triste y los esbozos de alegría solo interrumpen el pensamiento y sirven para distraer nuestra atención de lo importante, vuelvo a decir, ¡estamos muy tristes porque el Gato Landoni se murió! y pasó por esta vida haciendo cosas que él no imaginó que las hizo. Una de entre tantas, fue educar y contener a muchos chicos de los barrios que en la zona norte de Olavarria querían hacer deporte. Educar y contener desde el amor incondicional a la profesión de profe, de profesor inmenso y con vocación. 
Desde que tengo uso de razón como profe y educador, todavía no he visto en el recorrido de mi vida una obra educativo-deportiva de tan inmenso tamaño y calidad como la del  CEF 44 (Centro de Educación Física número 44) creado y mantenido por el propio Gato Landoni. Pero ese CEF 44 del que hablo se murió con él Gato. Yo lo conocí y tuve la suerte de pasar por sus puertas, allí se me despertó la vida deportiva y allí conocí a mi entrenador Sergio Merlos, allí forje mi persona como adolescente. Ese CEF era el Gato Landoni, y me cago de risa en los que dicen que las instituciones funcionan con independencia de los que la componen, que si cambiamos una pieza fundamental la cosa puede seguir funcionando...¡¡¡¡Mentira!!!!!, eso es una gilada, eso es una gilada para que funcionen los supermercados y las cadenas de montaje. Las obras de arte educativas funcionan por que hay un Gato Landoni y  de lo contrario ya son otra cosa.
Y como dice Dolina, "la tristeza tiene mas fuerza que la alegría, el recuerdo de una dicha pasada es triste, mientras que el recuerdo de un pesar sigue siendo pesaroso".
¿Cómo no estar triste?, volví  después de muchos años de haberme ido de mi CEF, de mi barrio, de mi ciudad y de mi país, y hasta volví a entrenar con Sergio en el mismo pedazo de pasto en el que comencé mis entrenamientos, en el CEF. 
Pero ya no estaba,  el Gato se estaba yendo y el CEF se había ido con él. Sólo lo pude divisar a lo lejos y por la nochecita.  Después de entrenar me  veo asomar al Gato Landoni que salía a sacar la basura de su casa, nos saludamos con el afecto de siempre y casi con desesperación, compromiso  y  pasión me resumió los pormenores de la situación. Me habló del CEF, del barrio, de los pibes y de la basura del CEF que nadie  acomodaba correctamente y que los gatos y perros del barrio luego destrozaban. Sí¡¡¡¡ estaba en todo¡¡¡ en todo¡¡¡¡-...... la charla duró desde las 21hs. hasta las 24hs. en la puerta de su casa, mirando el CEF y mirando el pasado. Saludando a los vecinos y a los personajes de siempre que solo él entendía. Cuando todos  los profes y conserjes se fueron tempranito y las puertas  del CEF se cerraron, el Gato Landoni cruzó la calle, acomodó la basura y entre dientes me dijo: " los profes de hoy, usan maletín y se van a horario"¡¡¡¡.. que le vamos hacer¡¡¡¡.....
Por el GATO LANDONI y por el CEF 44 que los antiguos llegamos a conocer estoy muy triste.
A veces escribimos tantas cosas y homenajeamos a tantas personas que no tienen ni para empezar.  
Hoy y siempre dedicamos nuestra mas onda tristeza a la ida del GATO LANDONI, abrazamos a su familia LITA, Mauricio y Nicolás y a los que de alguna manera entendían su idioma.





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